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15 de febrero de 2014

¿Soy Maltratado / a?

Hoy en día tanto hombres como mujeres son víctimas de maltrato psicológico y/o físico en nuestra sociedad. Aquí te dejo una lista de situaciones que te pueden indicar si estás en una relación así:

JUSTIFICAR SU COMPORTAMIENTO

Muchas veces la justificación está tan solo en encontrar la explicación del comportamiento agresivo y no hacer nada más. “Claro, es que él es así porque sé que ha tenido una infancia muy dura”, “Bueno, es que yo también le hinché las narices”, “Es que ayer tenía el día cruzado”. Pregúntate ¿realmente tiene justificación lo que te hace?¿es justo para ti?¿te ayuda en algo encontrarle la explicación?

CREER QUE VA A CAMBIAR

“Bueno, pero se da cuenta a veces y pide perdón”, “He visto algún cambio, lleva días sin haber un enfado”. ¿Pero ves un cambio real?¿ha ido a un terapeuta?¿está dando pasos reales para lograrlo o esto ya te lo ha prometido otras veces y ha durado dos días?. Si él / ella es igual que ayer, si ninguno de los dos se está relacionando de manera distinta ¿cómo se va a producir el cambio?

CREER QUE ESTÁ EN TU CONTROL CAMBIARLO / CORTAR TU LIBERTAD

“Cuando yo dejo de hablar con chicos todo está bien”, “Si yo no le digo que salgo no discutimos”, “Cuando algo me molesta mejor me callo porque si no se lía”. Esto solo son parches, de repente saltará porque hoy no has contestado a un mensaje lo suficientemente rápido, porque un chico te ha hablado a ti y te ha sonreído, porque ha descubierto que ayer saliste, etc... No vas a poder controlar todo lo que le produce enfado, y lo peor, cada vez habrá más cosas que le produzcan enfado, primero era solo un amigo en concreto, luego que saliera de fiesta y luego... Así mientras tú crees que controlas otro va tomando el control sobre ti, pierdes tu libertad, tus intereses. Vives con un nerviosismo constante.

HIPERVIGILANCIA (ANSIEDAD)

Como crees que vas a poder cambiar o evitar su comportamiento agresivo estás todo el tiempo pendiente de no hacer nada que pueda molestarle, vigilas todo lo que haces durante el día y cuando te enfrentas a una situación de “peligro” (entiéndase una en donde él/ ella pueda enfadarse) en lugar de actuar libremente guiado por tus deseos lo primero que piensas es en el lío que se podría montar. Por ejemplo, tu pareja es celosa y unos amigos te invitan a un cumpleaños o a un festival y lo primero que piensas no es “qué bien, qué ganas”, sino: “mierda se va a enfadar si voy”. En definitiva, vives con ansiedad ante situaciones que deberían ser normales para ti, que podrían ser incluso alegrías. Pregúntate si esa es la calidad de vida que quieres.

SÍNTOMAS DEPRESIVOS

Has ido perdiendo el control de tu vida y todo el rato te sientes juzgado/a y culpable. Empiezas a pensar que no hay salida, que esto es así o que es todo a lo que puedes aspirar. Si piensas en salir de la relación te sientes impotente y te repites que no puedes, que lo habéis dejado 85 veces y aún seguís juntos.

Eras una persona alegre y ahora te sientes una persona amargada, la gente te llega a preguntar que qué te ha pasado y tú no sabes bien qué contestar.

AGRESIONES, AMENAZAS, INSULTOS, SILENCIOS

La parte más visible de un maltrato es la física, los moretones se ven pero ¿y si es solo psicológico?

El maltrato psicológico incluye el menosprecio, las vejaciones, los insultos explícitos (puta, perro, cabrón, zorra, inútil...), las insinuaciones, el control (de dónde vas, lo que haces, lo que dices), las amenazas (“Si sales de fiesta te dejo”, “si me dejas te quito a los niños”, etc). Muchas veces todo esto es muy sutil, es compararte con otra persona que “es mejor que tú” o con su ex “que era maravillosa”, o es contar tu intimidad a desconocidos o dejarte en ridículo delante de alguien, también puede ser repetirte lo mal que haces las cosas, etc. Hay infinitos comportamientos que pueden destruir tu integridad.

Pero el maltrato también incluye los silencios, ignorarte, dejarte con la palabra en la boca (el mensaje que hay detrás es: “no te hablo porque no eres importante, no eres nadie”). Todo esto hace que tu autoestima disminuya, empiezas a dudar de todas tus acciones, siempre piensas que podrías haberlo hecho mejor, te sientes sin herramientas porque ante un silencio, o cuando te ignoran no puedes hacer nada. A veces piensas que te vas a volver loco/a.

Cuidado con este punto, una cosa es un insulto puntual o un grito puntual, todo el mundo puede perder los nervios o hacer una crítica, pero otra cosa es una dinámica donde te acabas sintiendo controlado e inferior.

MALA AUTOESTIMA / DESEQUILIBRIO DE PODER

Aunque antes no lo pensaras te llegas a creer que tú no puedes hacer nada, que no vales nada, que sus opiniones cuentan más. A veces no lo piensas conscientemente pero si tú tienes una necesidad o un deseo siempre queda relegado a lo que la otra persona desea. Sus planes son más importantes. Ellos tienen más derechos que tú, pueden salir, pueden ligar, pueden hablar con todo el mundo, o incluso te han puesto los cuernos, pero tú no podrías.

ALIMENTAR TU MALA AUTOESTIMA: TOMAR COMO REFERENCIA LO QUE TÚ HACES

“Es que yo también me enfrento y le chillo”, “Una vez hasta le dí un bofetón”, “Soy una histérica le llegué a llamar 20 veces seguidas”

El maltrato no es una situación normal, por lo tanto tus reacciones son reacciones normales ante comportamientos anormales. Muchas víctimas se culpan porque también tienen ira, porque también chillan, porque incluso llegan a tener un comportamiento violento físico para defenderse (como un bofetón), también pueden empezar a tener celos (cuando a lo mejor antes nunca habías sido celoso/a) o porque muestran un comportamiento obsesivo (le llamas o le escribes cientos de veces para saber qué ha pasado, si él / ella sigue enfadado, etc). Todas estas conductas son normales cuando estás siendo víctima de un maltrato, pero no significa que ello te defina, que tú seas así, una histérica o un loco, no eres agresivo/a. Es que pierdes el control porque te sientes impotente ante una situación que se te escapa de las manos.

VERGÜENZA / INCOMPRENSIÓN

No eres capaz de contar lo que ocurre en tu pareja a la gente, te da mucha vergüenza reconocer todas estas cosas. O, si lo has contado, la gente no entiende porqué sigues en la relación, te dicen que lo dejes, que no merece la pena, etc. Muchas veces suele ocurrir que incluso se enfadan contigo porque no rompes con él /ella, pierden la paciencia y te hablan mal. Si esto ocurre probablemente dejes de contar lo que te pasa o que cuentes una versión a medias. Así te empiezas a sentir más aislado/a e impotente. “Es que tienen razón, estoy siempre con lo mismo, soy una pesada”, “Ellos no lo entienden”.

SENTIRME CULPABLE POR COSAS QUE NO DEBERÍA

Me echa en cara muchísimas cosas que cuando lo pienso fríamente sé que no son mi culpa, pero me lo repite una y otra vez y cuando me lo está echando en cara me pregunto “¿será verdad que yo soy una histérica?”, “¿he sido yo el culpable del enfado?”, “¿este chico/a está intentando ligar conmigo y yo le habré dado pie?”.

Llegas a dudar de muchas de las cosas que haces, o pides perdón por millones de cosas que no son tu culpa pero así el enfado se pasa, así las cosas se arreglan, si yo tengo que pedir perdón para que todo esté bien, lo hago. Pero... ¿bien por cuánto tiempo?

DEPENDENCIA O CODEPENDENCIA

Ambos sois dependientes en la relación porque a pesar de todo lo que pasa, no lo dejáis.

“Si pienso racionamente los pros y los contras de la relación debería haberle dejado hace tiempo pero le quiero”. No encuentras ninguna razón más. A veces, a ratos, estáis bien, pero si hicieras balance de lo bueno y lo malo saldría ganando por goleada lo malo. Pero le quiero.

También puede pasar que te hayas convencido de que no puedes dejarlo, te pones mil excusas (“ahora me viene mal, no tengo trabajo”, “es que ayer todo estuvo calmado, quizá cambie”). Incluso piensas que dejarlo sería tan horrible y te causa tanta ansiedad que ni quieres pensarlo. En el fondo sabes que no te merece la pena.

A veces también puedes estar siendo manipulado/a con tus hijos, o con la casa, la familia, los bienes o los amigos. Te amenaza de tal manera que prefieres quedarte en la relación porque irte crees que sería peor.

Hay otro caso donde podrías mantener la relación a pesar de todo, la codependencia, pero ésta tiene otro matiz: Soy su cuidador. “Si yo me voy ¿quién le va a querer?”,”Quién le va a cuidar?”, “Es una persona muy difícil (o con muchos problemas) y si yo no le apoyo y estoy a su lado acabará muy mal”.

SI DEJO LA RELACIÓN FRACASO

Has invertido tanto emocionalmente en la relación que ahora no puedes dejar que se acabe sin más. No puedes dejar que te deje así. Además, te tienes que defender de sus ataques, tienes que demostrar que anoche no estabas ligando, que no eres un mentiroso/a , que tú no le quieres engañar, o que no eres una puta... Tienes que explicarle todo, convencerle.

¿Pero alguna vez funciona?¿Alguna vez reconoce que estaba equivocado/a?¿Alguna vez te pide perdón por montarte el pollo? Si tu respuesta es no, vas a tener que preguntarte si la inversión de tiempo, esfuerzo y de nervios que supone explicarte sirve para algo ¿qué pasaría si dejaras de justificarte?

¿Qué hacer una vez identificado?

Puede que leer esto haya sido un jarro de agua fría, quizá ya lo sospecharas pero ahora te parece más claro todo. Ese es el primer paso para tu recuperación. Identificar lo que te ocurre, reconocerlo. Sin ese paso el resto de pasos no tendrían sentido.

No hace falta que te sientas identificado/a con todos los síntomas, con que te veas reflejado/a en muchas cosas probablemente sea un maltrato.

No es fácil reconocerlo, implica mucho para ti. La sociedad lo trata como algo excepcional que parece que además solo le ocurre a personas “débiles”. Todo eso es mentira. Le pasa a un montón de gente, mucha más de la que tú crees, esos mismos amigos que te critican y se enfadan por estar en una relación así podrían acabar ellos mismos en una relación parecida.

Pida ayuda a un experto, a mi o a cualquier experto en quien confíes. No te vamos a juzgar, podrás soltar toda tu rabia, podremos mejorar la autoestima, trabajar la culpa, las ideas distorsionadas, etc. Es todo un proceso de curación pero con una recompensa tremenda.

Pero hazlo ya. Cuanto más se destruya tu autoestima más difícil te será dejarlo, cuanto más estás en la relación más difícil es salir. Piénsalo, al principio te hubiera sido muy fácil pero ahora es cada vez más duro ¿verdad?.

¿Cuánto tiempo más vas a ser infeliz?

29 de mayo de 2012

EVALUACIÓN A MALTRATADORES

En el curso que estoy haciendo de Especialista en Violencia de Género como parte de los ejercicios destinados a obtener el titulo se pedía valorar un caso de violencia de género: un agresor. A tal fin he diseñado un protocolo que es el que normalmente aplico en consulta y que cuelgo así para que pueda ser útil a otro profesional o que pueda saciar la curiosidad de alguna persona no lega. 

PROTOCOLO DE EVALUACIÓN A MALTRATADORES DOMÉSTICOS
-LIDIA MENDIETA MARÍN-

Entrevista semiestructurada: con preguntas abiertas al prinicipio para facilitar el relato libre y la confianza del paciente. En un primer momento se trata de ver el insight que tiene sobre la situación. Después es bueno ir cerrando las preguntas para tener una visión más acertada del caso en cuanto a duración, actuaciones, soluciones intentadas, etc, sin las distorsiones cognitivas tan características de esta población.

Es muy importante dentro de esta entrevista hacer un cronograma de la situación a lo largo del tiempo, si es necesario, el terapeuta se ayudará de papel y bolígrafo haciendo una línea temporal desde que la pareja se conoció hasta el momento actual. En dicha linea se irán reseñando los eventos principales: cuándo se conocieron, cuándo empezaron los problemas, cuándo se fueron a vivir juntos/casaron/tuvieron hijos (si es que lo hicieron). Muy importante dentro de este cronograma ubicar la escalada de maltrato: dónde empezó, cómo, si la progresión fue lenta o rápida, etc. Para ello se utilizará un lenguaje neutro que permita al agresor no sentirse atacado y poder hablar con confianza, frases como: “¿cuándo empezaron los problemas?”, “¿cómo reaccionabas tú esas primeras veces?”

Dentro de esta línea temporal de maltrato hay que pedirle que relate el incidente más grave, y si niega o minimiza por vergüenza, etc, que relate la última vez. Se le instará a que dé un relato pormenorizado dónde él mismo pueda identificar: ¿qué pensó?¿cómo actúo?¿cómo se sintió? Para ir identificando la cadena de pensamiento-conducta-sentimiento que le lleva a ejercer maltrato en ese caso particular.

Relativo a la agresión se le pasará el cuestionario CTS-2 que nos permitirá tener una visión más general de cómo han sido las agresiones (tanto de él hacia su pareja como de su pareja hacia él durante el último año).

Por otro lado, hay que clarificar cuáles son los agravantes que en este caso concreto están facilitando la situación de abuso, es decir, qué otros estresores externos son los que disparan la conducta. A valorar entre otros: el consumo de alcohol, las disputas familiares (de la familia nuclear pero también de la familia política), la situación laboral de ambos, la situación económica, el uso de drogas, la presencia de hijos...

Se le hará rellenar en cuanto a esto: el AUDIT y el CAGE (relativos al consumo de alcohol) y si se detecta un consumo elevado y/o que puede estar sirviendo como falicitador del maltrato se le hará una entrevista pormenorizada sobre consumo para ver si necesita ser derivado a un servicio especializado.

En otro punto habría que ver cuáles son las soluciones intentadas anteriormente por el paciente para detener el maltrato (si es que ha habido) y cuál ha sido el motivo de su fracaso: si ha utilizado “tiempo fuera”, si se ha visto muy borracho y ha preferido no volver a casa, etc. Es muy importante que si expresa que ha utilizado alguna solución (incluso aunque no fuera la adecuada o no sirviera) el terapeuta le motive y presente la terapia como la ayuda de un experto en estas situaciones. Se pueden utilizar analogías como: “si tuvieras una enfermedad acudirías al médico ¿verdad?” y “y si se te rompiera el coche al mecánico ¿no?”.

Muy importante también, y como objetivo primordial en la primera sesión: valorar la peligrosidad del agresor: cuál es la situación judicial, si ha sido denunciado alguna vez, si su pareja ha tenido que ser hospitalizada, cuál es el nivel de ira que presenta en estos momentos, si tiene ideas de venganza, de celos, si tiene licencia de armas, si hay presencia de hijos y estos han sido maltratados, etc. Adicionalmente se le podria pasar algún test específico como el SARA o el HCR-20.

Y por supuesto se ha de contar con la visión de la pareja /familia /otros observadores que nos den una información menos sesgada sobre cuál es la situación actual. 

Cobra especial relevancia en estos pacientes la situación en la que nos llegan: si han sido denunciados, condenados, si han acudido voluntariamente. En cuanto a esto es importante valorar:

– Cuál es el estado de ánimo actual y si ellos mismos presentan alguna patología derivada del maltrato o de otra situación estresante (trabajo, familia): sintomas depresivos, ansiosos, etc. Para ello se les pasará el cuestionario SCL-90 que servirá de screening para estas alteraciones psicopatológicas. Así como el BDI (depresión) o el STAI (ansiedad).

– En qué etapa del modelo de Prochaska y Diclemente se encuentra en cuanto a motivación: crucial determinar esto porque va a ser el objetivo primordial a trabajar con el paciente durante la primera parte del tratamiento, si no reconoce su responsabilidad o no contempla la posibilidad de cambiar, no se podrá continuar la terapia y se tendrá quedar por terminada. Se le pasara el “Inventario de procesos de cambio” de Prochaska y Diclemente o “La escala de evaluación del cambio” de la Universidad de Rhode Island (URICA).

Tipo de atribuciones que está realizando: si tiene insight de su propia responsabilidad en el maltrato o no. Si tiene atribución externa: ¿a quién se lo atribuye? a su esposa, a las circunstacias laborales, a otros estresores, a las drogas, al alcohol, etc. ¿Cuál es la fuerza de esas creencias?: plantear explicaciones alternativas donde pueda ser él responsable para ver la reacción que presenta el paciente, hacer un conato de diálogo socrático.

– Si tiene algún tipo de trastorno de personalidad: aparte de la pericia clínica durante la entrevista se pasarán adicionalmente los cuestionarios de screening de la IPDE y los módulos antisocial y límite de la SCID II. Hay que determinar asimismo si estamos delante de un psicópata, por ello, además de la pericia clínica, se le aplicará El cuestionario de psicopatía de Levenson o el cuestionario de psicopatía de HARE (PCL-R). Entre los trastornos psicopatológicos que puede sufrir también es necesario descartar la presencia de un trastorno celotípico delirante.

– Por otro lado hay que determinar el nivel de ira o impulsividad de la persona, por ello, aparte de basarnos en la información obtenida en la entrevista aplicaremos la escala de Hostilidad de Buss y Durkee, la escala de impulsividad de UPPS y el AQ (Agression Cuestionarie)

Identificar las ideas “tradicionales” sobre el papel del hombre y la mujer (roles de género) ycómo están influyendo en el maltrato.

Indagar cuál ha sido el origen de la violencia: cuáles han sido sus pautas de crianza en la infancia: cómo fue educado, cuáles eran las normas de pequeño, quién las ponía: su padre o su madre, cómo describiría su infancia (que haga un relato libre de un día normal de pequeño), si era un niño “revoltoso” o seguía la normas. Si tiene hermanos, trabajo de los miembros de la familia, roles de cada uno de ellos, etc. Muy importante identificar el papel de la madre y del padre en cuanto a los roles tradicionales.

Todo ello nos permite saber qué tipo de apego ha desarrollado, cuáles son los roles que ha aprendido, si en su familia de origen había violencia y si la ha incorporado como método de solución de problemas, etc. 

Con toda esta información formularemos un diagnóstico, un analisis funcional y diseñaremos los objetivos del tratamiento.

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Material del máster en Psicología Clínica Legal y Forense: Manual del terapeuta: programa terapéutico para maltratadores.
Adolescence against parents, is it a consecuence of gender inequaliy?ISSN: 1889-1861. The European Journal of Phychology applied to legal context. Volume 1, Number 1, January 2009
Andres Corral, I. M; Valdivieso Pastor, J.D (2005) Programa de apoyo psicológico dirigido a mujeres víctimas de malos tratos y/o abandono familiar en Castilla León. Papeles del Psicólogo, Diciembre, numero 25.
Berdulas, S. y Poveda, D. Intervención de los Colegios de Psicólogos en violencia de género.
Cenea, R. El tratamiento a los hombres maltratadores. Debates sobre la violencia de género.
Corsi, J. (2003) Maltrato y abuso en el ámbito doméstico. Buenos Aires. Paidós. 
Echeburúa, E. O () Hombres violentos contra la pareja: perfil psicopatológico y programa de intervención.
Echeburúa, E. y Corral, P (1998).: Manual de violencia familiar. Madrid: Siglo XXI.
Echeburúa, E.:(1996) Personalidades Violentas. Madrid: Pirámide. 
Espantoso, R (2004). ¿Qué se puede hacer con los agresores de mujeres? Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria. Vol.4, 1, pp.75-86.
Galligo Estévez, F (2009) SOS... Mi chico me pega pero yo le quiero. Madrid. Pirámide.
Hirigoyen, M. F (1999) El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana. Buenos Aires. Paidós.
Muñiz,J.A. y Lopo, M.(2004) Procedimientos terapéuticos con hombres que agreden a sus mujeres. Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria. Vol.4, 1, pp.65-73.
Romero, I (2004). Desvelar la violencia: una intervención para la prevención y el cambio. Dirección General de la Mujer. Comunidad de Madrid. Papeles del psicólogo, mayo, núm 88.

16 de mayo de 2012

Personalidades y maltrato (II)

"Me contaba tranquilamente mientras comíamos cómo me iba a descuartizar"
(caso real)

Aunque los trastornos mentales en un sentido estricto son relativamente poco frecuentes (cerca del 20% del total) en los agresores en el hogar (Sanmartín, 2000, 2002), sí que hay alteraciones en el ámbito del control de la ira, de la empatía y expresión de emociones, de las cogniciones sobre la mujer y la relación de pareja y de las habilidades de comunicación y de solución de problemas. 

En cuanto a los trastornos de personalidad hemos de añadir lo siguiente al post anterior: 

"Asimismo algunos trastornos de personalidad pueden estar implicados en la adopción de conductas violentas en el seno de la familia (White y Gondolf, 2000). En concreto la psicopatía (o trastorno antisocial de la personalidad), caracterizado por la manipulación, por la falta de empatía en las relaciones interpersonales y por la ausencia de remordimiento ante el dolor causado, propicia la aparición de conductas violentas y crueles. Cuando el maltratador es un psicópata habitualmente plantea exigencias irracionales, muestra un desapego hacia los hijos, suele ser un parásito, abusa del alcohol o de las drogas, no tiene amigos y es un manipulador que utiliza a los demás en su beneficio (Garrido, 2000, 2001, Hare, 2000). 

A su vez, el trastorno borderline, en el que son frecuentes la impulsividad, la inestabilidad emocional y un sentimiento crónico de vacío, propicia la aparición de conductas impredecibles en la relación de pareja. 

Por último el trastorno paranoide, en el que la desconfianza y los recelos están presentes de forma constante."

-Enrique Echeburúa- Hombres violentos contra la pareja: Perfil psicopatológico y programa de intervención.

21 de abril de 2012

Personalidades y maltrato (I)

"Empiezas cediendo, para que no se enfade, para conservarle. 
Crees que te quiere porque da cosas buenas pero cada vez 
van apareciendo más cosas malas."
-Galligo Estévez-

PERSONALIDAD NARCISISTA 

Normalmente cuando una mujer ha sido maltratada, existe la creencia de que este patrón volverá a ser repetido por la agredida y que en su siguiente pareja buscará a alguien que tenga unos patrones parecidos de personalidad, y por lo tanto, acabará de nuevo en una relación de sumisión. 

No es la intención de este post repasar la causas por las que ocurre esto, la personalidad de la mujer maltratada será tratada posteriormente. En esta primera entrada hablaremos de la personalidad narcisista como uno de los tipos que puede ser la clase de personalidad dominante en una relación de maltrato, es decir, una de las personalidades predisponentes a tomar el papel de agresor. 

Espero que la descripción del trastorno sirva a identificar los patrones por parte de personas que pueden estar sufriendo este fenómeno.

El resto de este texto es un extracto del libro: Acoso moral de Marie-France Hirigoyen donde nos describe brillantemente el fenómeno. 

"Los rasgos sobresalientes de las personalidades narcisistas son la grandiosidad, la exagerada centralización en sí mismos y una notable falta de interés y empatía hacia los demás, no obstante la avidez con que buscan su tributo y aprobación. Sienten una gran envidia hacia aquellos que poseen algo que ellos no tienen o simplemente parecen disfrutar de sus vidas. No sólo les falta profundidad emocional y capacidad para comprender las complejas emociones de los demás, sino que además sus propios sentimientos carecen de diferenciación, encendiéndose en rápidos destellos para dispersarse inmediatamente. En particular, son incapaces de experimentar auténticos sentimientos de tristeza, duelo y reacciones depresivas, siendo esta última una característica básica de sus personalidades. Cuando se sienten abandonados o defraudados por otras personas, suelen exhibir una respuesta aparentemente depresiva pero que, examinada con mayor detenimiento, resulta ser de enojo y resentimiento cargado de deseos de venganza, y no una verdadera tristeza por la pérdida de una persona que apreciaban.

Son individuos megalómanos que se colocan en una posición de patrón de referencia del bien y el mal y de la verdad. A menudo se les atribuye un aire moralizador, superior y distante.

A menudo se les describe como personas seductoras y brillantes. Una vez que pesca al “pez” basta con mantenerlo enganchado mientras que se le necesite. El otro no existe, no se le ve ni se le escucha; es simplemente útil. No existe la noción de respeto al otro.

No se interesan por las complejas emociones de los demás. Son impermeables al otro y a su diferencia, salvo en los casos que esa diferencia pueda molestarles. Se produce una negación total de la identidad del otro, cuya actitud y pensamientos tienen que conformarse a la imagen que los perversos tienen del mundo.

Los perversos nunca son responsable o culpables, todo lo que anda mal es siempre culpa de los demás.

Estos agresores no son en ningún modo autónomos; sin embargo, piensan que es el otro el que solicita la sujeción. Se niegan a ver el carácter depredador de su propio enganche, pues ello  podría provocar una percepción negativa de su imagen. Si el compañero se muestra independiente lo pueden interpretar como hostil y rechazador.

Donde podría aparecer la culpabilidad, nace una angustia insoportable que se proyecta con violencia sobre el chivo expiatorio. Proyectar todo lo malo sobre alguien les ayuda a sentirse mejor  y les garantiza cierta estabilidad."

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Hirigoyen, M. F (1999) El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana. Buenos Aires. Paidós.
Galligo Estévez, F (2009) SOS... Mi chico me pega pero yo le quiero. Madrid. Pirámide

23 de febrero de 2012

Género y dependencia emocional

"Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en una ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. (...)
Me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un sólo lado"
Rayuela (cap.93) - Julio Cortázar-


Ilustración de Clara Hernández Korai

Algo que llevo observando desde hace tiempo, tanto en las relaciones de pareja "normales" como en aquellas afectadas de maltrato es cómo los mandatos de género determinan la manera en la que se vive y se mantiene la relación, y no sólo entre las parejas heterosexuales, sino también en las homosexuales. Esto no es ninguna novedad y está ampliamente estudiado; sin embargo, me gustaría hablar de uno de esos mandatos de género en particular. 

El género es la construcción social de nuestro sexo, es decir, la manera en la que se nos educa por ser biológicamente mujeres o biológicamente varones. 

Uno de esos "estereotipos de feminidad" al que yo atribuyo especial relevancia a la hora de buscar y permanecer en pareja es el hecho de que la mujer está relacionada con el mundo emocional; es decir, el hombre ha controlado el mundo de las finanzas, el trabajo, lo racional, mientras que a la mujer se la ha asociado con las relaciones interpersonales, con el afecto, con los cuidados, con el apego y no sólo con la creación de estos vínculos sino con la responsabilidad de su mantenimiento. 

De esta manera se observa como muchas mujeres se sienten responsables de su relación fracase o la mantienen a pesar de que ya no es una relación que le aporte nada (o tenga consecuencias negativas importantes, como es el caso del maltrato). Racionalmente reconocen que no desean estar con esa persona, pero emocionalmente no pueden permitirse perderla puesto que esto supondría un fracaso, una mella significativa para su autoestima. 

"Es innegable la importancia crucial, vertebral, que adquieren las relaciones humanas, los vínculos de gran intimidad y permanencia en el tiempo, en la organización de la identidad femenina. Por ello se sienten fracasadas ante las rupturas amorosas o las pérdidas" (Dio Bleichmar, 1991)

Así, lo emocional queda sobredimensionado para las mujeres, también en que el éxito depende del establecimiento de una relación de pareja. Tradicionalmente una mujer sola ha sido una solterona, se siente mal, incluso llega a sentirse no querida, vacía. Por contra, un hombre soltero es un vividor, un conquistador. Estas caricaturas anquilosadas que nos parecen anticuadas aún siguen presentes con fuerza. De hecho, me atrevería a afirmar que últimamente se ha llegado a copiar el modelo masculino, es decir, tradicionalmente un hombre era exitoso cuantas más "amantes" tuviese, cuanto más conquistaba. Este modelo se puede observar en las féminas de generaciones venideras: cuanto más se conquista, más feliz se es, más guapa, más autoestima, más truinfo. A las personas se le enseña a valorarse por el "otro" externo, cuando se está soltero uno no se siente "completo", y la sociedad lo recuerda de diversas formas: "pero sal a ligar hombre", "mira qué guapo es ese chico, ¿no te subiría el ánimo?".  

El discurso familiar y social se encarga de orientar a la mujer a que busque en ese otro externo la valoración y la identidad que precisa: el otro, los otros, el sostén y cuidado de otros, pasan a ser su prioridad como objetos que le confieren identidad y valor, como forma de apuntalar su autoestima. 

Sin duda, esto es en gran parte el germen de los fenómenos de dependencia y codependencia (mantener una relación como "cuidadora" de la otra parte de la pareja). 

Así, muchas veces, romper una relación para una mujer es tremendamente complicado, sobre todo es paradójico en una situación de maltrato: si permanece en ella su autoestima va menguando, pero si la abandona también lo siente como un fracaso personal. 

También por este motivo hay gente (tanto hombres como mujeres) que "necesita" encadenar relaciones y no sabe permanecer soltero/a puesto que se siente vacío. Es muy importante recordar que los mensajes que provienen del exterior, de la sociedad, son los mensajes que incorporamos e interiorizamos, incluidos los mitos del amor romántico: "la media naranja", "el amor para siempre", "no hay nada que no cure el amor", "si nos amamos lo superaremos". 

En muchas ocasiones el trabajo del psicólogo es identificar estos patrones distorsionados e intervenir sobre ellos puesto que las personas pueden ser perfectamente felices solteras, nadie "necesita" una media naranja, el amor no puede "curar" a nadie de sus problemas personales, se puede querer a una persona y no ser feliz con ella y las cosas que ocurren en una pareja siempre están implicadas ambas partes y no nunca de una sola, no hay "culpables", sino gente responsable de las decisiones que toma.
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Bibliografía: 
Romero, I (2004). Desvelar la violencia: una intervención para la prevención y el cambio. Dirección General de la Mujer. Comunidad de Madrid. Papeles del psicólogo, mayo, núm 88.
Corsi, J. (2003) Maltrato y abuso en el ámbito doméstico. Buenos Aires. Paidós. 
Hirigoyen, M. F (1999) El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana. Buenos Aires. Paidós.
Galligo Estévez, F (2009) SOS... Mi chico me pega pero yo le quiero. Madrid. Pirámide


8 de octubre de 2011

¿QUÉ ES PARA TI LA VIOLENCIA?

"La violencia, junto con el conocimiento y el dinero, 
es una de las principales fuentes del poder humano"
Jorge Corsi -Maltrato y abuso en el ámbito doméstico-

La violencia es un término del que se ha hablado mucho pero... ¿qué es la violencia? Esto es lo que me preguntó hace poco la presidenta de una asociación que trabaja con este tema, y me pidió que dijera lo que yo pensaba. Esto es a grosso modo mi opinión.

Una de las definiciones que yo creo más acertada es que “La violencia no es simplemente un comportamiento, ni una respuesta emocional, sino una estrategia psicológica para alcanzar un objetivo” (Pueyo y Redondo, 2007). Es decir la violencia no se entiende como un comportamiento aislado, se entiende como un repertorio de conductas encaminadas a un fin, este fin es el control de la otra persona y/o personas sobre la que recae.

Sobre la violencia de género se ha escrito extensamente, desde hace unos años hasta ahora se han conseguido grandes avances en este campo, tanto en materia de leyes, como de estudios y terapias. Sin embargo, se ha venido trabajando más desde el enfoque de la víctima, y no tanto desde el enfoque del agresor. Cuando, sin embargo, si que se ha comprobado la efectividad en la terapia con agresores. Como indicaba Madina (1994): “en los últimos años las investigaciones muestran que se han obtenido resultados aceptables con tratamiento psicológico, y además, que si éste es grupal, el hombre se puede dar cuenta que su caso no es el único y su grado de colaboración puede mejorar”.

Tratar a un agresor no significa no considerarle responsable, sino admitir que el agresor presenta limitaciones psicológicas importantes en el control de los impulsos, o en el abuso de alcohol, en su sistema de creencias, en las habilidades de comunicación y de solución de problemas, en el control de los celos, etcétera (Corral, 2004; Echeburúa, Fernández- Montalvo y Amor, 2003).

No se debe considerar el maltrato como irreversible. El objetivo es siempre el control de la violencia física, psicológica y sexual, y para ello, desde mi punto de vista, creo necesario un enfoque integral, en el que no sólo se trate a la víctima, enseñándole conductas autónomas, sanas y asertivas encaminadas a rechazarla, sino que también hay que tratar a los agresores, para poder mostrarles que hay otros modos alternativos de resolución de problemas que no son agresivos, y asimismo que tienen más control sobre su ira del que en principio podrían pensar.

Hay que eliminar ciertos mitos sobre este fenómeno, el más importante, creer que la violencia es sólo aquella que es física. Cuántas veces no se oye la palabra maltrato y piensas automáticamente en algo físico, un bofetón, una paliza... porque esto es lo que se venía identificando como maltrato. Pero la violencia psicológica es violencia, sólo que es menos visible, de hecho, la violencia psicológica puede causar el mismo impacto que la física. “El abuso no tiene que ser físico para causar un impacto. Ser constantemente criticado, verbalmente abusado o humillado puede dejar a alguien con la misma fuerza y variedad de emociones que si hubiera sido hospitalizado por las acciones de su pareja. Muchos supervivientes del maltrato de pareja dirán que el abuso psicológico fue más dañino y que les llevó más tiempo recuperarse de él.” (Frank Walsh, 1996).

Otro gran mito y un gran desconocido en nuestro país, es lo que ocurre cuando son parejas del mismo género las que establecen patrones violentos de relación. Se cree que en las relaciones de pareja homosexuales no existe el maltrato o que éste es menos grave, sin embargo, es igualmente grave y no es más que otro ejecicio de control y poder: “Se denomina violencia intragénero a aquella que en sus diferentes formas se produce en el seno de las relaciones afectivas y sexuales entre personas del mismo sexo. La violencia que se da en las relaciones afectivas y sexuales que establecen dos personas es un ejercicio de poder y el objetivo de la persona que abusa es dominar y controlar a la víctima”. (Panfleto “Ver, evaluar, actuar”-la violencia en las relaciones lésbicas y homosexuales- de la asociación ALDARTE). Para conocer más sobre las dinámicas de violencia intragénero pueden consultar el aticulo en mi web: www.terapiaypericial.com en la sección de noticias (Taller sobre violencia en parejas LGTB).

Sin embargo, este no es el único handicap, cuando salimos del marco de la pareja también nos encontramos con otro tipo de violencia, la violencia intrafamiliar, tanto ascendente (de hijos a padres) como descendente (de padres a hijos). En nuestro país se le empieza a dar importancia, pero quizá no tanta como la que se debería ya que la violencia se transmite de generación en generación: en un 30% o 40% de los casos la violencia se extiende a otros miembros del hogar como son niños o personas ancianas (Echeburúa y Corral, 1998). Incluso, cuando los niños no son agredidos, se ha indicado que ser testigo de la violencia entre sus padres se asocia con una serie de problemas cognitivos, conductuales y emocionales.

Una de las hipótesis del origen de esta violencia que cada día cobra más fuerza es la bireccionalidad de la violencia. Parece ser que la violencia que los padres cometen en sus hijos está relacionada con la violencia de los hijos contra los padres (Harzt, 1995; Krascoski, 1985; Langhisen-Rohling & Neidig, 1995; Mahoney & Donnelly, 2000; Meredith, Abbot, & Adams, 1986; Strauss & Hotaling, 1980), esta variable es más relevante que la violencia del matrimonio en el desarrollo del fenómeno posterior (Ulman & Strauss, 2003).

La explicación para esta bi-direccionalidad puede residir en el aprendizaje de modelos de relación basados en la violencia, a través de los cuales los niños interiorizan que la única forma de lidiar con conflictos es recurriendo a comportamientos violentos (Barkin, Kreiter, & DuRant, 2001; Laurent & Derry, 1999: Mitchell & Finkelhor, 2001).

Por tanto, si queremos acabar con el origen de la violencia tendremos asimismo que atender a lo que ocurre dentro del propio seno familiar. Desarrollar estudios, prevención, tratamientos y leyes específicas que nos permitan conocer qué está pasando en este sentido y poder ayudar a detenerlo, tal y cómo venimos haciendo con la violencia de género. Y lo mismo para la violencia intragénero o cualquier otra tipología que no esté siendo atendida.

Como conclusión, si no se desarrollan estudios y programas para recoger la violencia en todas sus formas no se conseguirá la atención adecuada de éste fenómeno. Y este fenómeno es amplio y cambiante. (Por ejemplo, con el desarrollo de nuevas tecnologías se han desarrollado nuevas formas de violencia, por ejemplo, el “bulling cibernético”).

Por lo tanto se necesita constante actualización y revisión de las dinámicas en las que las “personas” pueden ser violentas con otras “personas”, llámase a esto violencia de género, intragénero, bulling, abuso sexual de menores, intrafamiliar, etc. O póngase cualquier otro nombre, yo lo llamo violencia.

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Bibliografía:
"Maltrato y abuso en el ámbito doméstico" - Jorge Corsi. Ed Paidós.
Material del máster en Psicología Clínica Legal y Forense: Manual del terapeuta: programa terapéutico para maltratadores.

Adolescence against parents, is it a consecuence of gender inequaliy?ISSN: 1889-1861. The European Journal of Phychology applied to legal context. Volume 1, Number 1, January 2009
"Violence in gay and lesbian partnerships" Claire M. Renzetti, Charles Harvey Miley. Ed Harrington Park Press
"Same sex domestic violence. Strategies for change" Beth Leventhal, Sandra E Lundy. Ed Sage Series On Violence Against Women.